El asesino serial más letal de Nueva York: Joel Rifkin
La ciudad de Nueva York ha sido el hogar de muchos asesinos seriales a lo largo de la historia. Pero pocos pueden compararse con Joel Rifkin, apodado “el descuartizador”, quien hoy sigue tras las rejas por los espantosos asesinatos de 17 mujeres. Rifkin nació el 20 de enero de 1959 en Nueva York y fue adoptado por Ben y Jeanne Rifkin, ya que sus padres biológicos eran dos adolescentes que no podían criarlo.
Durante su infancia tuvo un bajo rendimiento escolar por sus problemas de aprendizaje y, como tenía el cuerpo encorvado y la cara larga, se burlaban de él y le decían “la tortuga”. Esto, junto a su naturaleza introvertida y solitaria, y a las exigencias de un padre demasiado estricto, terminó por convertirlo en un ser antisocial.
Cuando aún era un muchacho, Rifkin comenzó a desarrollar fascinación, hasta un punto obsesivo, por las escenas sexuales violentas, las violaciones, el sadismo y los asesinos en serie. Cuando comenzó la universidad, también comenzó a frecuentar prostitutas, lo que mejoró su autoestima, lo hizo sentir poderoso y alimentó sus oscuras fantasías. Paralelamente, comenzó a trabajar como jardinero, pero todo su dinero lo gastaba en su adicción a las prostitutas. Poco tiempo después abandonó la facultad, y en 1989, cuando tenía 30 años, empezó a asesinar. A su primera víctima, Heidi Balch, la descuartizó de una manera inconcebible: le quitó los dientes y las puntas de los dedos, Tiró los brazos, las piernas y el torso en un río, y puso su cabeza en una lata de pintura que abandonó en un campo de golf.
Se estima que, entre 1989 y 1993, Rifkin mató por lo menos a 16 mujeres más. Sus cuerpos los arrojaba al río, los enterraba en terrenos de sus trabajos como jardinero, o los metía en grandes bidones de aceite de su empresa.
A todas sus víctimas les hacía lo mismo: las contrataba, mantenía relaciones sexuales durante la noche y, al día siguiente, las estrangulaba y les arrancaba la dentadura para dificultar su identificación.
En junio de 1993, Rifkin subió a su auto el cuerpo de Tiffany Bresciani, de 22 años, que llevaba 3 días descomponiéndose en su garaje. Su idea era tirarlo en un terreno alejado, cerca del aeropuerto, pero en el camino una patrulla policial quiso detenerlo por exceso de velocidad. Rifkin se dio a la fuga y terminó chocando contra el alumbrado público. Los policías descubrieron el cuerpo de Bresciani, y Rifkin terminó confesando todos sus crímenes.
La policía registró el hogar de Rifkin y encontró cientos de “trofeos” incriminatorios de los asesinatos que había llevado a cabo. A pesar del terrible olor que salía de la casa, ni los vecinos ni los familiares de Rifkin parecían sospechar que detrás de aquel tranquilo y reservado jardinero se escondía uno de los peores asesinos de los últimos 50 años. En 1994, Rifkin fue sentenciado a 203 años de prisión, los cuales continúa cumpliendo en una prisión de Nueva York.
Este lunes 11 de marzo, no te pierdas CRÍMENES NO RESUELTOS: LOS ASESINATOS DE RIFKIN, en donde serás testigo de la investigación de un caso sin resolver de la policía de Nueva York sobre las dos víctimas no identificadas de Joel Rifkin, uno de los asesinos en serie más notorios de nuestro tiempo. No lo olvides, el lunes 11 de marzo a las 10:50 pm, solo por A&E.